lunes, 7 de mayo de 2012

Debatir para crecer


Hace una semana se celebró el 18º aniversario del nacimiento de la sociedad de debates de la Universidad Complutense en la que me crié como debatiente pero sobre todo como universitario. El acto del viernes pasado fue verdaderamente emotivo. Debate entre viejas glorias (me situaron en esa categoría) y jóvenes promesas del debate de la UCM, imposición de bandas para los que finalizaban sus estudios y discursos de clausura de Javier Mula y Rocío de Meer (Profesor de la Universidad Francisco de Vitoria y Presidenta de la Sociedad de Debates Complutense, respectivamente). La Sociedad de Debates Complutense, un año más seguía siendo la Sociedad de Debates decana de España.

El acto fue como tal lo de menos. Lo más enriquecedor fue el camino recorrido hasta ese viernes pasado. El 24 de Marzo de 1994 se llevó a cabo el primer debate académico tal como los conocemos hoy en día. Desde aquel día en que ocho alumnos nos lanzamos a debatir sin saber muy bien para qué ni porqué 18 años más tarde encontramos pleno sentido. Miguel Ortega, director del que fuera la primera sociedad de debates no imaginaba en lo que se llegaría a convertir todo aquello. Entonces el sentido estaba muy claro para Miguel: hacer estudiantes universitarios de verdad. Desde aquellos años hasta ahora el sentido en muchos casos se ha desvirtuado en muchas sociedades de debate y hoy nos encontramos con que una estupenda herramienta educativa se emplea en algunos casos con un fin meramente lúdico o puramente competititivo. En todos estos años he visto de todo en el mundillo del debate: entrenadores de debate que escriben los discursos a sus debatientes, cargos académicos que se enrabietan porque sus alumnos han perdido un debate o debatientes amargarse por no haber pasado de ronda. Lo respeto pero no lo comparto en absoluto. Un Club de Debates no debe ser una fábrica de egos debe ser un proyecto educativo.

El fin de un club o Sociedad de Debates ha de ser educar para crecer, ayudarnos a aceptar las cosas que vienen y que no nos gustan, a pensar por uno mismo, escuchar al otro y reconocerlo en tanto como persona. Muchos de los antiguos debatientes no pudieron asistir al acto de finales de abril en el que la Sociedad de Debates UCM se hacía “mayor de edad”. Sin embargo el espíritu desde su creación estaba muy presente. Jose Miguel y Beatriz fueron dos de los miembros más entusiastas en la construcción de aquel Club de Debate y aunque no pudieron asistir (viven fuera de España) nos enviaron un correo electrónico cuyo final reproduce con exactitud lo que ha de ser una sociedad o club de debate “Gracias por tenernos en cuenta a los 2, somos una pareja fruto de aquella semilla y lo llevamos en el corazón (…). Puedes hablar de nosotros si quieres esta noche como "la pareja que surgió preparando el debate sobre la energía nuclear, 12 años ya felizmente expatriados en Alemania, 2 niños a los que tratamos de enseñar sobre todo a escuchar y a pensar por sí mismos, que es lo que aprendimos gracias a la SDD". Eso es una sociedad de debate. Para eso estamos y para eso somos, para que nos ayuden a crecer y hacer lo propio con otros.

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